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Menos héroes que farsantes

Por José Manuel Belmonte (Dr en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CíViCa)                         

Pensaba escribir de héroes y farsantes.  Desisto, de momento. Salgo a tomar café y no veo en las caras entusiasmo, ni alegría, ni casi esperanza. La palabra corrupción llena todos los rincones. Y  sin embargo en la esfera política todos venden ganancias. Dicen que la derecha gana, por que ganó las elecciones y que los recortes que eran necesarios para poner las bases del futuro mejor. La izquierda gana aunque se divide, fragmenta y se arruga. Y los centronacionalistas de izquierdas y derechas ganan tiempo y portadas.  

En el bar dicen que todos son unos “chorizos”. Que han arruinado el país. Que el cohecho, las empresas tapadera, las subvenciones, el maquillaje de las cuentas, las facturas en los cajones, y el haber metido la mano en los dineros de todos, no se les puede perdonar. Que nadie vio llegar la crisis. Nadie denunció nada. Pero ya hace 5 años del comienzo de la crisis. Nadie se arrepiente de nada. Ahí siguen los mismos. No pueden sacarnos de la crisis quienes nos metieron en ella.

Cuando por fin Europa dio la alarma, algunos comenzaron a recobrar la vista y algunos mudos , la voz. Pero se han apresurado a seguir tapando, y quien está ganando de verdad, es la manipulación y los de siempre. Cuando la justicia ha comenzado a tirar un poco de la manta, comienzan a descubrirse las vergüenzas. No hay auditoría capaz de descubrir tanto mangante. Además se ha puesto en funcionamiento el ventilador, para desviar la atención  de la ciudadanía. El país apesta. Se han corrompido los valores y se está perdiendo la ocasión de regenerarlos y de generar futuro.

Pierde el ciudadano de a pie, a quien se fríe a impuestos. Pierden los más golpeados por la crisis, quienes han perdido sus trabajos, los que se habían endeudado para tener una casa, las familias con hijos, los jóvenes, estudiantes o no, y los más desfavorecidos y dependientes.

En los últimos lugares de Europa también estamos en educación. Nunca se ha primado la excelencia ni el esfuerzo. Los más torpes podían pasar curso con 3 y 4 asignaturas suspensas. Llevamos 3 décadas con políticas educativas desastrosas. Vendieron humo, ideología y sexo. Ni ideas, preparación, ni investigación, ni futuro. La demagogia se acata o no, pero no ayuda  a asimilar conocimientos.

En “El grito de la tierra”, 3º de la monumental trilogía de Sarah Lark, se dice que “quien quiere aprender debe tomarse su tiempo para plantear preguntas”.  Razonar y preguntar son mucho más que memorizar. Asimilar es hacer propio un conocimiento. En la cultura maorí,  “nosotros conservamos el conocimiento en nuestro interior. En cada uno de nosotros. Y lo mantenemos vivo... porque tus vivencias te han convertido en lo que crees”. ¡Qué envidia!

En la antología del disparate en que nos movemos, he sido testigo de la última, la de “las morcillas”. He podido asistir al  “Concierto de primavera” patrocinado por una Institución, a favor de una ONG.  Pero un detalle me golpeó la vista: las “Morillas de Jaén” en el programa. Podría ser de risa si no fuera de pena. Las “morillas” han pasado a ser “morcillas”. Claro que puedo disculpar un error de imprenta, lo que no puedo entender es que el error se sirva al público en bandeja, como si el público fuera tonto o no mereciera el mínimo respeto (Ver foto).

 Por lo visto en este país nadie se toma tiempo para hacer preguntas.  Comodidad o indolencia, es la raíz de la incultura. El nulo esfuerzo y la degradación humana van parejos. Así que sobran embutidos y felonía. Faltan líderes. La ética y el coraje han sucumbido al relativismo y al chantaje. Todo vale. A falta de una línea directriz clara, apoyada por todo el arco parlamentario para salir de la crisis, se está imponiendo el “no arriesgarse ni arriesgar a la familia” (la política y la otra); o lo que es lo mismos, arrugarse ante el matonismo de: “sabemos dónde vives” de los acosadores. Quien puede y debe hacerlo, no es capaz de  afirmar, que los contratos, en general y por principio, están para cumplirse; que la deuda que uno adquiere, salvo casos concretos, no la pueden pagar todos los ciudadanos; que las consecuencias del incumplimiento serán más duras a la hora de  solicitar un crédito. IU ya lo ha comprobado. No le dan crédito, para saldar sus deudas. En lugar de decir eso, prefieren el desgaste del gobierno. (Afirmar lo que afirmo, no es defender a nadie, es contar lo que hay).

Se está llegando muy lejos. “El escrache se les hacía a los políticos argentinos que estuvieron en la dictadura militar, que torturaron y que se libraban de la justicia. Aquí no son torturadores, son representantes públicos votados por una mayoría. En tiempos de ZP había desahucios, pero no había plataformas de acoso. ¡Claro, era la izquierda!Son ellos los que tienen el comportamiento fascista, de terror, de acoso. La prenden fuego a una puerta sabiendo que hay niños al otro lado”,decía un actor gallego.

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Hemos pasado del apretón de manos y del honor, al contrato como garantía del cumplimiento de nuestras obligaciones (O. Gasset), y ahora al gratis total. Una sociedad democrática  debe apoyar el honor que lleva aparejado todo contrato, apoyando por ley el mismo contrato. Pero escuchando a los partidos y a la calle, parece que volvemos a las cavernas donde no existía el honor como concepto, sólo la fuerza.

Hay una nueva fecha en esa escalada. “Las últimas informaciones apuntan a que los organizadores del «Rodea al Congreso», convocado para el próximo día 25, han tenido contactos con movimientos estudiantiles para intentar convencerles de que celebraran ese mismo día una protesta en las cercanías del Ministerio de Educación, situado muy cerca de la Cámara Baja, para que luego se sumaran a su «asedio» para «conseguir un estado de ingobernabilidad». El objetivo no es otro que utilizarlos en el enfrentamiento con los antidisturbios, lo que crearía una situación de alto riesgo. Muchos de los asistentes acuden de buena fe y sin saber las intenciones de los «cabecillas» de la protesta. Ellos dicen que no quieren violencia, pero las informaciones detectadas apuntan a que todo se ha preparado para provocar «situaciones conflictivas» con el cordón policial que protegerá al Congreso. La previsión es que vengan también afines a movimientos antiglobalización y antisistema de fuera de Madrid” (C.Morodo).

Lo esperpéntico, es que el día 25 sus señorías, “para evitar males mayores”, no acudan al Parlamento, casa de la Soberanía popular, y acuerden una bajada general de pantalones.  La presión les puede. ¿No entra en el sueldo? La Junta de Portavoces del Congreso ha decidido suspender el Pleno del próximo día 25, día en el que los organizadores de las protestas de 25 de septiembre han organizado un "asedio" a la sede del Parlamento. La actividad parlamentaria se distribuirá entre el martes y el miércoles.

Señorías es ahí, en la Sede de la Soberanía popular, donde en 1981 se defendió la democracia. Es ahí donde tiene que seguir defendiéndose. El despertar social ha ido lento y algo tocado. “Tenemos una plasta de chorizos en la cúpula del poder que nos agobian con tanto atraco y despilfarro. Y eso efectivamente ahora indigna a la gente. Antes no, pero ahora sí. Porque ahora es cuando lo estamos pasando mal. Un planteamiento bastante demencial y poco previsor, porque los chorizos lo son siempre, tanto en épocas de vacas gordas como en épocas de flacas. Y ese es otro problema de nuestra sociedad: toleramos a los chorizos de turno mientras nos vaya bien a cada uno” (J. M. Leiva Caro).

Hemos despedido estos días a Margaret Thatcher a quien se llamó la Dama de Hierro,  por la firmeza en defender sus ideas y a su país.  Todo un ejemplo.  Por asociación nos viene el recuerdo de aquel primer Presidente del gobierno democrático, y del General Gutiérrez Mellado, su Ministro de Defensa, que mantuvieron erguida la imagen de la dignidad ante las pistolas de los golpistas que entraron en el Congreso.

No es de extrañar que se hayan ganado sus Señorías el descrédito ¡por honrados trabajadores y por valientes!  No son capaces de devolver la ilusión a la gente. No miran más que el dinero. No tienen en cuenta a las personas. Si no saben, si no escuchan o no entienden, mejor decirlo con  la diplomacia macarrónica del francés de A. Ussía. Gracias a ustedes  y a..., “la absence de capacité de reaction de les membres de le Goubernement espagnol et son partie politique…les citoyanes, plainement jodís… L´Espagne va de cul”.  Lo resumo: ¡que les den “morcilla”!