Diseñada para
La adopción de embriones
Por Nicolás Jouve - Catedrático de Genética, Miembro de CíViCa
En el Capítulo 19 del libro «200 Preguntas sobre la Vida Humana Naciente», de la Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 2007], coordinado por Justo Aznar, y del que éramos coautores los Dres. Justo Aznar, Mónica López Barahona y Nicolás Jouve, tratamos sobre los «Embriones congelados: valoración científica y ética de su uso», y al contestar a la pregunta sobre ¿Qué destinos se pueden dar a los embriones actualmente congelados?, decíamos lo siguente:
«La verdadera solución es que no se congelen más embriones. Pero para los que ya está congelados, hay cuatro alternativas posibles: a) que sean implantados en su madre biológica, b) que sean adoptados, implantándolos en otra mujer distinta a su madre biológica, c) que sean utilizados para investigaciones biomédicas y d) descongelarlos y dejarlos culminar su ciclo vital, dándoles un final acorde con la dignidad que un ser humano merece»
Es evidente que ninguna de las posibles soluciones es aceptable. Por ello decíamos a continuación que «ante el desorden moral previo que supone la generación de un ser humano por fecundación in vitro y su posterior congelación, el juicio moral resulta muy delicado. En efecto, aunque las dos primeras soluciones dan al embrión la posibilidad de vivir, permanece el grave inconveniente de la separación entre amor conyugal y procreación que hace que la FIV sea inmoral. La tercera posibilidad es claramente inmoral, porque supone un atentado directo contra la vida del embrión, pues se destruye para investigar con sus células troncales».
La cuarta es éticamente indefendible pues la descongelación conduce ineludiblemente a la muerte si no hay una implantación inmediata, lo que no cuadra con la idea de dejarlos culminar su ciclo vital. Si de lo que se trata es de dar la oportunidad a los embriones ya producidos de desarrollarse, no hay más solución posible que la implantación en el útero, que pasa a ser el «mal menor», dentro de todo el gran despropósito e inmoralidad que encierra la fecundación in vitro, por las razones aducidas. Evidentemente lo mejor es que se termine la práctica injusta de congelar embriones humanos. Pero una vez producidos, y dadas las circunstancias la implantación de un embrión en un útero, aunque no sea el materno, es darle la oportunidad de que siga su ciclo a la vida de este embrión, y esto, siempre será mejor que la congelación, que supone la extinción lenta y prolongada de una vida o la utilización para usos en investigación, que supone el sacrificio de la vida que atesora cada embrión.
Sirva todo lo anterior a modo de reflexión sobre la inmoralidad que supone todo lo que concierne a la tecnología de fecundación in vitro, que a pesar de su buena intención de solucionar problemas de infertilidad, ha dejado detrás millones de vidas humanas que nunca verán la luz.
Ahora nos encontramos con una noticia que no sabríamos como catalogar. Se trata de utilizar los embriones sobrantes para satisfacer los deseos de tener un hijo de las parejas que, tras intentar solucionar el problema de tener un hijo propio por fecundación in vitro, ante la imposibilidad de lograrlo ven una salida en la implantación de un embrión ajeno. Es decir, fecundación in vitro «heteróloga» o, si se prefiere, adopción de embriones. Es algo que señalábamos más arriba como una de las posibles salidas a los embriones tristemente denominados «sobrantes». ¿Es ésta una solución?, ¿es un mal menor, que al menos salvará una mínima proporción de los embriones sin destino? o ¿es -una vez más- un nuevo filón a explotar por los centros de reproducción asistida?
Por nuestra parte dejamos a la reflexión el asunto y nos hacemos eco de la siguiente noticia aparecida en El Mundo.es el 24 de Enero de 2011.
Por Cristina Martos - Publicado en El Mundo.es.
Hay parejas que lo han intentado todo para tener un hijo. Ciclos y ciclos de reproducción asistida con los gametos propios, con los de donantes... Miles de euros invertidos y la salud psicológica minada porque se les niega el deseo de ser padres. Algunas clínicas de reproducción asistida les ofrecen otra vía, no exenta de reparos: adoptar embriones sobrantes de los tratamientos de otros pacientes. Gracias a ella, "soy una persona completamente nueva y feliz", asegura Ana.
Su caso es el de cientos de parejas dentro y fuera de nuestras fronteras, que tienen dificultades para concebir (un porcentaje cada vez más alto, que ronda ya el 20%) y que pasan años intentando tener un hijo. "Llegó un momento en el que psicológicamente no podíamos más", recuerda Ana, de 39 años. "Con cada negativo en los ciclos se va una parte de mi".
La salida la encontró en el Institut Marquès de Barcelona, un centro dedicado a la reproducción asistida que fue el primero en ofrecer la adopción de embriones a sus clientes. "Cuando se acumularon miles y miles, hubo que pensar qué hacíamos con ellos", explica a elmundo.es Marisa López-Teijón, una de las responsables de este programa. "Intentamos darlos para investigación, pero nadie nos los ha cogido", asegura. Y, entonces, cambió la ley
Plazo de cuatro años
Ahora, las parejas que se someten a una fecundación 'in vitro' (FIV) tienen un plazo de cuatro años para informar a la clínica de lo que desean hacer con los embriones sobrantes (donarlos para investigación, para otras parejas o bien destruirlos). Transcurrido ese periodo, si no se han pronunciado, pasan a ser propiedad del centro. El Instituto Marqués, y algunos otros después, decidieron crear un programa de adopción de embriones con aquéllos procedentes de parejas sanas y menores de 35 años.
Como explican en su web, "adoptar embriones es hacer un tratamiento para quedarse embarazada con embriones que han quedado sin destino asignado por sus padres biológicos". Una opción algo más barata que la fecundación 'in vitro' tradicional (3.000 euros frente a, como mínimo, el doble) que también se puede hacer con cigotos donados expresamente por sus progenitores.
En ambos casos, "la indicación es la misma que la de la donación de óvulos o esperma, pero la eficacia es algo menor", señala Manuel Fernández, director del Instituto Valenciano de Infertilidad en Sevilla. Allí, sólo se ofrecen para su implantación los embriones que otras parejas han donado expresamente "no los 'abandonados'", aunque reconoce que cuando empiecen a vencer los plazos (la ley es de 2006 y para muchas parejas aún no han transcurrido los cuatro años estipulados) tendrán que tomar una decisión.
El problema es que la mayor parte de las parejas que se somete a una fecundación 'in vitro' no saben qué hacer con los embriones que no han utilizado. "Muchos prefieren agotar los tiempos legales", indica Fernández, y, casi siempre se ihniben de la decisión dejando en manos de las clínicas miles de cigotos y una cuestión bastante polémica a resolver.
De hecho, el pasado verano la noticia saltó en la prensa del Reino Unido que acusaba a la clínica catalana de dar embriones a terceros sin el consentimiento de los padres, un escándalo para muchos en las islas británicas -de donde proceden bastantes pacientes atendidos en las clínicas reproductivas españolas-, pero que cumple con la normativa española.
Una oportunidad única
Como Ana, decenas de mujeres (y sus parejas) pueden cumplir sus sueños de paternidad gracias a estos embriones. "Es una solución para muchas personas que no podemos tener hijos y es una oportunidad muy importante que nos da la ciencia", subraya.
Aunque no siempre es una decisión sencilla porque "al principio te cuesta un poco aceptarlo, con el tiempo te das cuenta de que lo que quieres ser es padre", asegura. "Cuando se te van cerrando puertas y más puertas, y ves que no consigues lo que más quieres, que es formar una familia..."
Al final, decidieron adoptar un embrión y ahora son padres de una niña. "Después de una experiencia tan bonita, repetimos. Ahora estoy embarazada de nuevo", confiesa Ana. "Mi sueño era estar embarazada, sentir a mi hijo dentro. Y no lo cambio por nada"
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Comentarios
donación de óvulos
¡¡Excelente el artículo!!
Creo que todo el mundo debería tener derecho a tener hijos, ya sea adoptando o bien recibiendo de una donantate óvulos.
También es verdad que para dar este gran paso primero es necesario estar realmente informada. Yo tomé ese paso no sin antes informarme, recomiendo: http://donacionovulos.org donde incluso se pueden encontrar testimonios de otras muejeres donantes/receptoras.
Animo a todas las mujeres a donar para ayudar a otras mujeres a tener hijos.
Saludos.
Chuchi
Comentario del autor
En el artículo no se dice, ni quien lo escribió lo piensa, que exista un derecho de los padres a tener hijos. La vida es un don, un regalo... Lo que sí es evidente es que los hijos, una vez procreados tienen derecho en primer lugar a la vida y en segundo lugar a tener unos padres...